El hallazgo de cucarachas en las pizzas hará que baje el consumo de estas. Nadie querrá ir a las pizzerías y mucho menos las pedirá por delivery, porque en este último caso, ya la tendrías adentro, como diría el buen Maradona. Salvo que seas periodista, tengas facebook y denuncies el hecho con varias fotos, aunque tu periódico la ponga solo como fotonota y no como abridora, sabe Dios por qué. 

Volviendo al tema, al menos en la pizzería te la podrían cambiar. Digo, es un decir.

La aparición de ratas en los cines hará que baje la afluencia a estos, y que todos vayan en mancha a Polvos Azules o al Hueco, para ver la película de su preferencia en casa.

Los asaltos a los restaurantes, así como los hechos de sicariato en los mismos, hará que los clientes los abandonen y coman en casa.

Tanta inseguridad y cochinada hay en Lima, que será mejor quedarse en casa. Porque en casa siempre hay garantía de limpieza. Nadie permite así nomás que pululen estos animales repugnantes. Y mamá y papá no te van a robar.

Dicho esto, no nos quedará otra que comprar en el mercado del barrio como para seis meses, y cocinar algo rico todos los días. Hecho en casa, claro. Y acompañados de una buena comida, ver una buena película. Y hacer sobremesa.

Y jugar Monopolio de Parker Brothers.

Y contar anécdotas familiares.

Y recordar a los que ya no están.

Así era la vida antes de que surgieran supermercados, restaurantes, multicines, pizzerías y otros lugares de consumo. Todo esto surgido de una sociedad de consumo, claro está. Volvernos una aldea no sería el remedio definitivo, pero sí un alivio temporal al estilo Aspirina.

Eso fue lo que, para bien y para mal, logró el terrorismo en los años 80. En los años 10 del siglo XXI podría lograrlo un menú surtido (e igual de asqueroso que Sendero) de asaltantes, sicarios, ratas y cucarachas.

Eso sí: entre las dos últimas no debemos obviar las que abundan en los partidos (?) políticos, el Palacio Legislativo, el Poder Judicial, el Ministerio Público y la misma Casa de Pizarro. Esas dan más asco que las de las pizzerías y los cines. Y deben ser fumigadas lo más pronto posible, antes que el Perú colapse como Domino´s Pizza.

Y entonces ni en nuestras casas podremos estar seguros.