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mientras tanto, la basura sigue gobernando. (foto: literalgia.org)

¿Qué es la basura?

Sobre la anunciada marcha contra polémicos programas de TV y los problemas que (no) llegaría a resolver.

Publicado: 2015-02-11

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, al que todos tenemos acceso por Internet, con lo que no hay excusa para no salir de bruto, la palabra basura tiene varias acepciones: 

1. f. suciedad (‖ cosa que ensucia).  

2. f. Residuos desechados y otros desperdicios. 

3. f. Lugar donde se tiran esos residuos y desperdicios.

4. f. Estiércol de las caballerías.

5. f. Cosa repugnante o despreciable.

6. f. coloq. U. en aposición para indicar que lo designado por el sustantivo al que se pospone es de muy baja calidad. Comida, contrato basura.

Esta palabra, basura, es una de las más usadas en estas últimas semanas, luego que a fines del año pasado y principios del presente, la palabra pulpín tuviera ese cetro. Esta mención recurrente tiene su origen en la Marcha contra la TV Basura, convocada poco después de la derogatoria de la ley anti-jóvenes.

Aquí pueden visualizarse dos problemas.

El primero, con respecto al objetivo de la marcha. O con los objetivos, porque parecen ser varios. Unos dicen que es para pedir que saquen ciertos programas de la TV, como Esto es guerra, Combate, entre otros. Otros proponen, y quizás es la idea más sensata, que respeten la Ley de Radio y TV, que indica que hay un horario de protección al menor y por lo tanto, se podría interpretar que ciertos programas salgan del aire o al menos que moderen sus contenidos. El último objetivo es "la erradicación de homosexuales y travestis de la TV", como si el personaje de la chola Eduviges, interpretado por Guillermo Rossini en los años '80, nunca hubiera existido.

De esa diversidad de propuestas es que surge el segundo problema. ¿Qué es la basura? ¿Cuál es la basura? Y eso no basta con una simple definición de la RAE. Si con el segundo objetivo, mucho más sensato, todavía no se resuelve el problema; mucho menos con los otros.

La discusión sobre el papel de la televisión, así como de otras plataformas de comunicación, como la prensa escrita, la radio y la Internet, llevará a la conclusión de que el asunto no es tan sencillo. Una marcha por sí sola no resolverá el problema. Porque el tema es más complejo que la extinta Ley Pulpín. Cambiar el canal con el control remoto puede ser una solución. Pero tampoco hay muchas alternativas.

En lo que existe consenso es en que los programas de TV mencionados anteriormente son nocivos. Y dichos programas no aparecen "porque les gusta a la gente", sino porque un Canal de TV los pone. Porque sus dueños, en complicidad con los anunciantes, son los que deciden que sigan al aire. Porque con toda una estrategia de publicidad, figuretismo y difusión en las secciones de espectáculos en los noticieros, venden. Y dan mucho dinero.

He aquí la raíz del problema: el criterio eminentemente comercial que se maneja en la TV peruana, sin espacio para una televisión pública, comunitaria, o alternativa, como existe en otros países. Por ello, hay que apuntar a una Ley de Medios de Comunicación, que determine la paridad de condiciones y que no toda la televisión no sea comercial. La pelota está en la cancha, no del gobierno, sino de los televidentes. Una marcha no es la solución. Pero podría ser un primer paso para limpiar la paja del trigo.


Escrito por

Victor Liza

Periodista pobre, pero honrado.


Publicado en

La Ruta del Salmón

Siempre contra la corriente. Crónicas, opiniones, cuentos y otras perlas.