#ElPerúQueQueremos

la foto que ha dado que hablar.

No es una foto cualquiera

Sobre los límites que tiene un periodista al momento de ejercer su labor, y su distancia de los políticos.

Publicado: 2015-02-18

Está claro que un periodista es un ser humano como cualquiera. Tiene sentimientos y preferencias. Puede ser hincha de un equipo de fútbol e incluso puede tener simpatías políticas. La objetividad no existe: es un cuento (no sé si chino) que nos contaron en la universidad. Es un asunto tan parecido a la historia del Perú que te contaron en el colegio. Al final te das cuenta que no es verdad del todo. 

El hecho es que la objetividad es un mito derrumbado. Cada quien tiene sus preferencias. Existen líneas editoriales. Sin embargo, hay una línea delgada que un periodista no puede pasar: la distancia respecto de los políticos. Estos y los periodistas, por lo general, son como el agua y el aceite. El político está para servir al país, dicen. Pero al mismo tiempo, tiene intereses. Santos o demoníacos, pero intereses al fin. Y muchas veces, estos son afectados cuando los periodistas hacen bien su trabajo. Esta "buena acción" del periodismo consiste en revelar algo que deja al descubierto algún acto ilícito que afecta al interés nacional. Y que muchos políticos, o gente cercana al poder, no quiere que se sepa.

Por esa razón es que, dentro del mundo ideal, periodistas y políticos no pueden estar juntos. Y mucho menos en una foto. Es lo que ha ocurrido con algunos colegas que han aparecido en una difundida imagen con el ex ministro del Interior, Daniel Urresti, quien más allá de que a veces haga reír y de sus puyas contra quienes no tienen autoridad moral para cuestionarlo, carga con una mochila pesada: su responsabilidad en el asesinato de un periodista, hace 27 años.

A pesar de esto, a muchos les simpatiza, periodistas incluidos. Qué se puede hacer. Pero tomarse una foto ya es cruzar el Rubicón. Aunque varios ya lo hicieron en el pasado: están quienes creen en la cosmobiología, por ejemplo. También figuran quienes se filmaban en una cómoda cama en un hotel de Londres. A ellos nadie los critica.


Escrito por

Victor Liza

Periodista pobre, pero honrado.


Publicado en

La Ruta del Salmón

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