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foto: el país/ ap

El fútbol pierde por goleada

De cómo un bendito gas pimienta arruinó el superclásico del fútbol argentino

Publicado: 2015-05-14
Un equipo comienza el año goleando a su clásico rival en un amistoso, en el mes de enero. Tiene buenas perspectivas para este año 2015. Comienza ganando todos los partidos de la fase de grupos de la Copa Libertadores de América, logrando puntaje perfecto. En el campeonato local está invicto, y recientemente ha vuelto a vencer a su clásico rival. De pronto, juega por la Copa Libertadores y pierde el invicto ante el clásico rival, por la mínima diferencia. Es un resultado remontable, teniendo en cuenta que el partido de vuelta se juega en casa. El primer tiempo termina sin goles, y con serias dificultades para superar al clásico rival, que además de defender bien, ha complicado a la defensa local. Todos esperan el desenlace de este capítulo en el segundo tiempo, pero la función se interrumpe. Un idiota disfrazado de hincha se acerca a la manga de seguridad y arroja gas pimienta, afectando al menos a cuatro futbolistas del clásico rival en la cara y en el cuerpo, como se podrá ver en posteriores imágenes de la cadena Fox. Pese a lo afectados que están los futbolistas, el árbitro sigue parado como un poste junto a sus asistentes. El director técnico del clásico rival le reclama que suspenda el partido. El árbitro sigue parado como un poste. Los médicos del comando técnico del clásico rival le echan agua en los ojos y en el cuerpo a sus futbolistas, que no paran de lagrimear. El árbitro sigue parado como un poste. El técnico del equipo que estaba invicto en el año hasta hace una semana, se pone furibundo con el juez, casi como al final del primer tiempo, cuando le reclamó por algunas decisiones. Ahora le reclama para que se reanude el juego. Un médico se acerca a los futbolistas del clásico rival, y advierte que los cuerpos de los futbolistas tienen coloraciones rojas y anaranjadas. Un integrante del cuerpo técnico del clásico rival grita indignado: "¡qué es esto de tirar gas pimienta en una cancha! ¿acaso estamos en la dictadura?" refiriéndose tácitamente a Videla. Es que la memoria es algo que tienen muy claro los argentinos. Al poco rato, en la misma zona donde ocurrió el incidente, un grupo de hinchas del equipo comienza a zarandear el alambrado. No hay policías. Obviamente, como ocurre en varios clubes de América Latina, se ponen bravucones al amparo del presidente de un club que es heredero político de un ex presidente de un club que es alcalde de la capital pero que ahora quiere ser presidente del país, y que sin duda permitió que ese monstruo crezca. Aquí en el Perú hubo uno que llegó a ser congresista, y que ahora funge de cómico con programas gastronómicos. En tanto, la cadena de Fox capta un momento insólito, en el que el árbitro le pregunta al comisario de la Conmebol: "¿qué hacemos?". Seguramente se lo preguntó varias veces, pero fue la única ocasión en que fue captado para toda América Latina y para vergüenza del continente. Los futbolistas del clásico rival están acomodándose para retirarse de la cancha, pues suponen que la suspensión es inminente. En cambio, los futbolistas del equipo local se acomodan como para volver a jugar, mostrando una total falta de solidaridad con sus colegas de profesión afectados. Sesenta y dos minutos después del bochorno, el árbitro suspende el partido. Los futbolistas del equipo local se quedan en la cancha, y se despiden saludando a la barra brava, como si hubieran ganado. Esa actitud muestra que algo se pudre dentro del club, por más títulos que exhiba en su historia reciente. Lo más probable es que le suspendan el estadio, y casi con seguridad que los descalifiquen del máximo torneo de clubes sudamericano. Lo que sí es real es que el fútbol ha perdido por una goleada más grande que la de enero pasado.

Escrito por

Victor Liza

Periodista pobre, pero honrado.


Publicado en

La Ruta del Salmón

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