Perú estuvo a un minuto de repetir algo que logró en 1959, 1989 y 1993: empatarle a Brasil. Ese resultado meritorio solo ha sido superado en 1953 y 1975, cuando logró derrotarlo. Y durante dos minutos estaba lográndolo.

¿Qué le faltó a la Selección Peruana para rescatar un buen resultado en Temuco, si jugó sin complejos contra Brasil? En primer lugar, la concentración y el oficio: Advíncula perdía pelotas que podía haber asegurado sin problema. En otro término la veteranía: Vargas ya no corre como antes. El mérito de Gareca es haber parado su equipo de tal forma que jugara de igual a igual ante el Scratch, y mantener esa idea hasta el final, jugando el balón a ras del piso, rescatando el viejo estilo del fútbol peruano. Pero falló en momentos claves. Apenas dos minutos después que Cueva pusiera en ventaja a la blanquirroja y de paso, rompiera una racha de 40 años sin que Perú le anotase a Brasil, la defensa incaica se relajó. Por eso es que Neymar, una de las estrellas del Barcelona español (junto a Lionel Messi y Luis Suárez, el gran ausente de esta Copa) pudo empatarlo, cabeceando libre en el área peruana sin marca alguna. Y en el penúltimo minuto del partido, el delantero del cuadro catalán se inspiró con un pase magistral que dejó servido el gol para Douglas, previa pérdida de balón en el medio campo de Yordy Reyna.

La derrota no es un buen resultado para Perú, pero ha dejado una imagen positiva. La afición ha subestimado a la Selección, pero ha demostrado que no es un desastre y que tiene con qué pelear la clasificación ante Venezuela, que tampoco será fácil luego de su gran victoria sobre una Colombia que salió muy confiada en su debut. El cuadro cafetero debe tener en cuenta que si no saca algo ante Brasil, se puede ir en primera fase. 

En cuanto a la verdeamarelha, ganó, pero con susto. Y está volviendo a caer en la "Neymar-dependencia" que padeció en el Mundial del año pasado, que todavía es un recuerdo trágico para los hinchas brasileros. Con esta victoria agónica, puede ir superándolo de a pocos.

Donde sí hubo sorpresas fue en el partido entre Argentina y Paraguay. Los platenses se pusieron adelante con dos regalos defensivos de los guaraníes, quienes sin embargo, en el segundo tiempo, lograron empatarlo en el final. Queda la sensación de que Messi ha vuelto a decepcionar con la albiceleste. Pero quedan dos partidos para que se reivindique. Al mismo tiempo, la presión de la hinchada argentina crece sobre el director técnico, Gerardo Martino, quien deberá hacer ajustes para lo que viene.

Quien evitó sorpresas fue Uruguay, que venció apenas uno a cero a una voluntariosa selección de Jamaica, cuyo estilo de juego es parecido al británico. Los caribeños se acercaron en el primer tiempo al arco de Muslera, pero sin concretar ninguna anotación. La actual campeona de América se impuso gracias a su mayor oficio. Espera mejorar en los siguientes partidos, sabiendo que debe apoyarse en un juego de equipo ya que su mayor estrella, el Pistolero Suárez, no juega la Copa debido a una exagerada sanción de la FIFA.

El dueño de casa, Chile, derrotó dos a cero a Ecuador en la jornada inaugural, pero su público no quedó muy satisfecho. El propio director técnico de la Roja, Jorge Sampaoli, ha admitido que le gustaría ver al equipo "como en el Mundial". Seguramente pondrá presión para lograrlo, de tal forma de llegar a un nivel que asegure que los locales consigan la primera Copa América de su historia, objetivo que se han trazado como anfitriones, y considerando que según muchos especialistas, tiene la mejor selección de su historia y no debe desaprovechar esta oportunidad.

El único juego que ha sido una invitación al bostezo, hasta el momento, fue el que disputaron bolivianos y mexicanos, con trámite favorable para estos últimos. Los demás juegos descritos párrafos arriba han tenido goles y emociones. Los amantes del fútbol esperamos que esto crezca en los partidos que se vienen.