Mientras hay vida, hay esperanza
Perú derrotó con gran esfuerzo a una difícil Venezuela, que regaló el trámite del partido gracias a la expulsión de su defensor Amorebieta. La definición del grupo C está para cualquiera.
Matemáticamente, Perú puede clasificarse. No es broma: con la victoria de ayer sobre Venezuela, la tabla de posiciones del grupo C de la Copa América ha terminado, por ahora, en un cuádruple empate. Tanto la blanquirroja como su víctima de anoche, la vinotinto; su verdugo del domingo, Brasil; y su rival dentro de dos días, Colombia, tienen las mismas posibilidades de pasar a cuartos de final en la última fecha.
Pero esas posibilidades no solo pasan por lo números, sino por lo que pueden hacer los equipos en la cancha. El triunfo de Perú sobre Venezuela se basó en el esfuerzo de sus futbolistas, más no sobre un juego de conjunto que permita darle solidez. Durante la primera media hora de juego, las imprecisiones en el mediocampo peruano abundaron, y el cuadro que dirige Noel Sanvicente tuvo la iniciativa. Hasta que el vasco-venezolano Fernando Amorebieta se ganó la roja tontamente. El defensor disputaba un balón con Paolo Guerrero y lo jaló de la camiseta, haciéndolo caer; para luego pisarle la pierna.
Ese hecho cambió el trámite del partido. Perú pasó a mandar en el campo, sin mucho orden pero con ganas. No faltaron algunas jugadas displicentes de algunos hombres del combinado blanquirrojo; pero el hombre de más comenzó a sentirse. Sanvicente apostó por meter a su equipo atrás. Sin gran talento pero con paciencia, el ataque peruano comenzó a arreciar hasta que a los 26 del segundo tiempo, Claudio Pizarro, ese hombre que desata amores y odios entre los hinchas peruanos, anotó el gol de la victoria, previo mal rechazo de un defensor venezolano.
Ese gol definió el juego, típico en el que quien golpea primero se lleva el triunfo. Venezuela intentó salir al ataque por el empate, pero no le alcanzaba. Perú se lleva una victoria gracias a su empuje pero no a su talento. Pese a las limitaciones de algunos de sus jugadores, se va notando la mano del técnico Gareca: jugar el balón a ras del piso y mantener un esquema con vocación de ataque. El tema es que si, con esta realidad, alcanzará para vencer a Colombia que, si se compara a sus jugadores uno por uno con los peruanos, tiene cierta superioridad. Pero en la cancha son once contra once, y este grupo C lo está demostrando.
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La victoria de Colombia sobre Brasil no sorprende. En el mundial, los dirigidos por Pekerman se asustaron pese a ser mejores que los brasileros, que atraviesan la peor crisis futbolística de su historia, evidenciada en la poca o nula calidad de sus seleccionados. Pero esta vez, sin el peso de ser visitantes y con la obligación de ganar, se impusieron ante un cuadro canarinho paupérrimo.
La jornada final será de infarto. En el primer juego, Brasil deberá enfrentar a Venezuela. La teoría dice que los del país del samba son los favoritos. Aún con una selección devaluada, los muchachos de Dunga podrían imponerse como lo hicieron con Perú en la jornada inaugural, gracias a un Neymar que estuvo inspirado en aquella ocasión, pero que ante el cuadro norteño no pudo demostrar su valía y salió expulsado en el final. Aún sin Neymar, siendo la situación diferente, podrían vencer a los llaneros. Sin embargo, está claro que Venezuela ha progresado mucho en los últimos años y ya no es más "la cenicienta" de Sudamérica.
Perú y Colombia jugarán después, no solo sabiendo el resultado del partido entre brasileros y venezolanos, sino los de los demás grupos, de manera que podrían ponerse de acuerdo en algún marcador conveniente para ambos (los más probable un empate), siempre y cuando haya un vencedor en el primer juego. La Confederación Sudamericana de Fútbol ha hecho mal en no programar los partidos de la última fecha en simultáneo, pues podría prestarse a situaciones sospechosas, como la de aquel partido entre Alemania y Austria en el mundial de España 1982. A tener en cuenta.
Actualización (15:08 hora peruana)
Me informan que el Perú - Colombia se juega antes que el Brasil - Venezuela. Eso no quita que, en cualquier caso, el último juego se preste a un arreglo entre estos últimos dos rivales, con lo que pasaríamos de la Estafa en el Molinón al Acuerdo del Monumental de Colo Colo.