Lo superó sin despeinarse
Perú se deshizo de Bolivia sin hacer mucho esfuerzo y llega a la semifinales de la Copa América por segunda vez consecutiva
No era ningún secreto que la Selección peruana de fútbol era superior a la boliviana, sin que esto resulte un menosprecio a los habitantes de una de las patrias que liberó Bolívar. Pero aún así, tanto la prensa deportiva como la afición mantuvieron una sorpresiva cautela, y no subestimaron al rival de turno en los cuartos de final en la Copa América.
Esto parece haber influido en la tranquilidad del cuadro blanquirrojo, que no menospreció a su oponente. Sin jugar bien, supo aprovechar las ocasiones que tuvo a la mano, para superar sin problemas al equipo que dirige Mauricio Soria.
El mérito principal de Perú consiste en haber pasado la fase de grupos, que era muy complicada, con rivales como Brasil y Colombia, que se sabían superiores al equipo que ahora dirige Ricardo Gareca. El técnico argentino, sin embargo, ha tenido la virtud de parar defensivamente bien a su equipo, con lo cual logró el objetivo de pasar segundo en la serie. En cuartos se sabía que venía Bolivia.
En su último partido ante Chile, el cuadro altiplánico había mostrado enormes falencias defensivas, que se repitieron ante la Selección peruana. Además de eso, haciendo el comparativo, Perú tiene jugadores técnicamente superiores a los bolivianos. Y en la cancha esto quedó evidenciado.
Decimos que Perú no jugó bien no porque sus futbolistas no tengan calidad: llegar por segunda vez consecutiva a las semifinales de la Copa América da cuenta de que tan malos no eran, como cierto sector de la prensa cantaba constantemente, de tal forma que la afición creyó mucho en esta verdad. No jugó bien porque hubo momentos en que permitió demasiadas licencias a un cuadro limitado como el boliviano. Típicas jugadas para adornarse terminaban en contraataques altiplánicos que felizmente morían en los últimos metros de la cancha. También pudo hacer más goles si se lo proponía; aunque también es cierto que había que guardar energías para lo que viene.
La figura de la cancha fue sin duda Paolo Guerrero. El flamante delantero del Flamengo brasilero anotó los tres goles peruanos, repitiendo lo que hizo ante Venezuela en la Copa América pasada, en base a su oportunismo goleador y a los "permisos" que le dio la defensa boliviana, especialmente en el tercer tanto. Se sintió la ausencia de Lobatón como hombre que sabe administrar el juego y que hubiera servido para armar juego y hacer más daño a los bolivianos, y al mismo tiempo que ataje el ímpetu de estos últimos, que en algunas ocasiones se atrevieron a penetrar en el campo peruano, consiguiendo el descuento gracias a un penal de Martins.
Seguramente Gareca corregirá esas cuestiones para el próximo partido, que será ante Chile, el dueño de casa en esta Copa y principal candidato a ganarla. Tendrá un sabor especial no solo por ser el "Clásico del Pacífico", sino porque muchos recuerdan cuando nos eliminaron (con goleada) de Francia '98 en el Nacional de Santiago, escenario del juego del próximo lunes. Los recuerdos de las pifias al himno y el maltrato que sufrió la Selección aquella vez afloran nuevamente.
Pero allí estará Gareca, quien le ha devuelto la autoestima y el orden a la Selección, para enderezar los ánimos de los muchachos ante la presión. Allí está también Nolberto Solano, uno de los que jugó aquel fatídico partido del '97 y que con esa experiencia sabrá qué aconsejarles desde su función de asistente técnico. Esta generación de los "cuatro fantásticos" que nunca fueron, y que ahora es de 11 hombres valientes, ha logrado lo que otras no pudieron en los últimos 30 años: colocar al fútbol peruano entre los cuatro mejores de América por segunda vez consecutiva. Podría decirse que hasta aquí estuvo bueno y que mejor guardemos las pilas para clasificar al Mundial. Pero parafraseando al héroe nacional Francisco Bolognesi, hay que pelear hasta quemar el último cartucho.