Solo uno tuvo su revancha
Argentina pasa a semifinales de la Copa América gracias a su héroe reivindicado: Carlos Tévez. Brasil volvió a decepcionar y confirma su crisis.
"El fútbol da revanchas" es una frase archiconocida y hasta lugar común en el periodismo deportivo. Esta cita podría aplicarse al caso de Carlos Tévez, quien marginado por Pachorra Sabella en el mundial de Brasil el año pasado, volvió a vestir la casaquilla de la Selección argentina, gracias no solo al clamor popular, sino a su talento y a sus goles. Gracias a la ejecución del penal decisivo en la definición ante Colombia, ayudó a la albiceleste a meterse en las semifinales de esta Copa América, cosa que no lograba hace ocho años.
Tévez tapó la boca a sus críticos, que exageraron al darle duro por haber fallado, en una definición similar, en la Copa América pasada ante Uruguay. Eso le costó su salida de la Selección por cuatro años, pese a que en todas las ligas europeas donde jugó (Italia e Inglaterra), fue campeón e hizo goles claves. El Apache tuvo su revancha y de paso le dio una merecida clasificación a Argentina, que hizo más méritos para imponerse en la cancha ante una deslucida Colombia, que en ningún partido de esta Copa (incluido el triunfo ante Brasil) llegó al nivel de fútbol que mostró el año pasado en el mundial. De más está decir que la decepción ha sido James Rodríguez, que no repitió lo hecho en la Copa del Mundo, en la que marcó seis goles.
Así como James decepcionó, la Selección de Brasil también. Por segunda vez consecutiva, la canarinha se queda en cuartos de Final. Esto confirma la crisis de su fútbol, expresada no solo en las cifras, sino en la calidad de sus futbolistas, distante de lo que ha sido la historia del fútbol brasilero hasta hace poco: Ronaldinho, Kaká, Ronaldo, Rivaldo, Roberto Carlos, Romario, Luiz Fabiano y Adriano, por citar nombres célebres de este siglo, son inmensamente superiores a cualquier futbolista brasilero de la actualidad. Robinho jugó con estos monstruos pero ni con su gol inicial ante Paraguay parece estar cerca a su nivel, y los años le van pasando factura. Sin Neymar, Brasil es una lágrima. Los dirigentes deben hacer cambios urgentes, de lo contrario la crisis se puede profundizar.
Por su parte, el cuadro guaraní fue perseverante y consiguió empatarlo, como hace cuatro años. Y en los penales, volvió a ser más efectivo como aquella vez. El cuadro albirrojo, de la mano de Ramón Díaz, llega a las semifinales por segunda vez consecutiva. De paso, el Pelado le tapa la boca a José Luis Chilavert, quien había vaticinado un nuevo fracaso de su Selección, última en las recientes eliminatorias sudamericanas. Cabe destacar que cuatro técnicos argentinos disputarán el título en la antesala de la final, algo inédito en la historia del campeonato sudamericano.